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lunes, 3 de enero de 2011

La odisea de la identificación.



Un amante de las plantas siempre será susceptible de dejarse seducir por cualquier ejemplar que se cruce por su camino, y sucede que algunos de ellos despiertan el deseo de adoptarlo para poder gozar de cerca su naturaleza, brindándonos la oportunidad de verlo evolucionar gracias a nuestros cuidados, con la satisfacción que ello reporta.

De este modo muchas plantas van entrando en nuestros hogares.

A veces nuestra intuición (sentido común) es suficiente para cuidarlas, pero otras, debido a los cuidados demasiado específicos que precisan, hace falta conocer sus necesidades. Y que duda cabe que para informarnos sobre dichas necesidades tenemos que saber de que especie se trata.

Dentro de algunas familias y géneros de plantas la labor de identificar (taxonomía) no supone ninguna dificultad dadas unas características muy marcadas, y la popularidad de algunas de ellas. No siempre es así y determinados ejemplares que adquirimos nos llegan sin referente y con unos rasgos que pueden ocasionar confusión. Esto nos conduce a una búsqueda en la que tenemos que recurrir a guías especializadas, catálogos, etc, sin más punto de partida que el simple aspecto de nuestra planta y donde la comparativa minuciosa de imagenes será la clave para lograr nuestro objetivo.

De por sí no suele ser sencillo acceder a determinada información sobre cactus, si a esto sumamos la infinidad de especies y variedades existentes, hacemos que nuestra investigación se convierta en una autentica odisea, sobre todo si aún seguimos siendo principiantes.

* Algunas de las dificultades que nos encontramos: Las especies en sí mismas: Para empezar nos encontramos con que a simple vista algunas especies distan muy poco de otras, diferenciándose por pequeñas sutilezas. Incluso dentro de algunas especies (vease por ejemplo algunos stenocactus) se dan rasgos diversificados (tipos de espinación, número de costillas...) complicando la verificación de su nombre. Nomenclatura: Cada especie ha sido descubierta y/o catalogada por distintas personas que le atribuyen una determinada nomenclatura, lo cual da lugar a referencias de una misma planta con nombres diversos, que se pueden considerar como sinónimos entre sí. Paralelamente a las discrepancias que se dan entre l@s estudios@s espert@s para asignar estos nombres, las personas ajenas a estas "peripecias científicas" bautizan las plantas con otros nombres que llegan a adquirir incluso mayor aceptación y repercusión que los "nombres latinos". El cultivo: Ciertas plantas cuando son cultivadas presentan variaciones con respecto a los ejemplares crecidos en su hábitat. Además las condiciones de cultivo pueden alterar en cierto grado los rasgos de un mismo ejemplar y de su descendencia. La web: Internet al tiempo que da opción de acceder a información que de otro modo sería difícil conseguir, adverga fuentes de dudosa confianza, ya que cualquiera tiene capacidad de publicar lo que le plazca y esto puede minar de errores la red (ni más ni menos que lo que puedo hacer yo). Ante esto no está de más "dudar sanamente" de la fuente y ser prudente a la hora de publicar. El comercio no especializado: El comercio de cactus a gran escala (...que da la impresión de ir en aumento) es otra de las causas de desconcierto sobre la identificación. Se venden paquetes de semillas procedentes de distintas especies y sin ninguna información de las mismas (no se sabe lo que se está cultivando, al menos en un principio). La norma de los ejemplares vendidos en centros comerciales es que no se cite el nombre de la planta. Por otra parte esta producción y venta al por mayor conlleva a que gran cantidad de especies se cultiven y distribuyan conjuntamente, existiendo la posibilidad de que se polinicen entre sí dando lugar a una infinidad de híbridos, que aún guardando similitudes con "sus padres" presentan rasgos nuevos.

Y seguro que estaré pasando por alto otros factores que enredaran más nuestras indagaciones.

Lo dicho, una odisea!!!.


*Pd: En este blog publico algunos cactus con la etiqueta de "especie autoidentificada", dichos casos responden al perfíl que cito en este artículo, ejemplares adquirirdos en circunstancias muy diversas, sin tener referencia alguna sobre su procedencia, y en los que me aventuro a adjudicarles nombre (no sin antes haber recurrido a varias fuentes). Aquí, por mucho que intente "afinar la puntería" y ser precabido, siempre existirá la posibilidad de equivocarme, espero que se me sepa disculpar llegado el caso y si alguien puede corregirme que por favor lo haga, le estaré muy agradecido.

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