Creo que a l=s aficionad=s a los cactus unas de las cosas que más nos pudo influenciar más para adentrarnos en este mundillo fué el descubrimiento de sus floraciones. Resulta sorprendente ver como emergen entre esas espinaciones, aveces imposibles, para coronar el cactus con una estela de brillantes colores. Delicadeza que contrasta con el rudo aspecto que suelen tener estas plantas.
Floraciones grandes, minúsculas, exhuberantes, otras veces discretas, siempre atractivas, y en la mayoría de los casos efímeras. Nos pasamos todo el año esperando este momento de explosión primaveral, aunque en ocasiones dependiendo de la especie, el fruto de dicha espera se reduce a unas horas de apertura floral. De forma que como no estemos atent=s tendremos que esperar otro año para volver a admirar los pimpollos abiertos. Todo un ejercicio de paciencia que gustosamente asumimos.
Para l=s que nos ha dado por reproducir cactus, las floraciones tienen un valor añadido, ya que también es la oportunidad de polinizar y obtener semillas. Así que ahí estamos, armados con nuestros pinceles y esperando el momento preciso en que las flores se abran para atacar, trasportando el polen a los estigmas, de flor a flor emulando la labor de los insectos, perpetuando la descendencia de nuestras especies e incluso teniendo la ocasión de cruzar algunas de ellas.
En definitiva, son un regalo para la vista que de alguna manera produce alegría.
Os dejo a continuación con un video reciclado de youtube: