Ficha:
Turbinicarpus alonsoi
Este cactus fué una sensacional novedad y también el mayor descubrimiento llevado a cabo en sus últimos viajes por el experto en cactus norteamericano C. Glass, que vivió en México. Los autores de la descripción dieron a esta especie el apellido de su descubridor, un joven muchacho mexicano llamado García Alonso. Cuando se publico por primera vez una fotografía de un Turbinicarpus alonsoi resultó obvio que se trataba de un descubrimiento sensacional y de una especie de cactus muy distinta. Su tallo es globoso y podría considerarse relativamente grande para tratarse de un turbinicarpus pues mide hasta 7 cm de diámetro. Está dividido en mamilas piramidales. De la areola emergen entre 3 y 5 espinas de unos 2cm de longitud. Las flores de este cactus de color violeta rojizo, miden hasta 3 cm de diámetro y brotan de la parte más alta y nueva de la planta.
La especie no fué descubierta y descrita hasta hace poco tiempo, y su hábitat ha sido un secreto bien guardado. No obstante, ahora sabemos que crece de la pequeña localidad de Xichú, situado en un profundo valle de la montaña en el estado Guanajuato, en el norte de México. Este Turbinicarpus puede verse en una localidad inóspita e inaccesible, sobre escarpadas laderas de sustrato pizarroso. Crece junto a otro cactus que fué descubierto al mismo tiempo que él y era también desconocido hasta entonces, el Strombocactus disciformis ssp. esperanzae. Por desgracia, su cultivo es un constante motivo de sobresalto, ya que no está permitida su exportación. Aunque fué descubierto cuando ya se aplicaba la ley CITES, el hecho es que se ha extendido entre las colecciones. No es una especie difícil de cultivar, aunque sus semillas sean más pequeñas y los plantones no crezcan tan bien como los de otros miembros del género. Por esta razón suele cultivarse como injerto, aunque no cabe duda de que pronto empezarán a aparecer en las colecciones ejemplares que crezcan sobre su propia raíz.
Fuente: La enciclopedia de los cactus; Editorial LIBSA (2004).
* Pd: En ocasiones algunos textos de los que publico pueden tener referencias obsoletas, pero no creo que esté de más publicarlos tal cual. Ésto da opción a ver con perspectiva la evolución en las formas de cultivar. En este caso, y a pesar de no ser muy antigüo el texto (del 2004) habla de los Turbinicarpus cultivados en su propia raíz como algo que está por verse en las colecciones, y sin embargo hoy día lo extraño es verlos injertados.